lunes, 1 de junio de 2009

Es el mejor.

Fuimos al bocata, y nos sentamos en una mesa de cuatro. A penas había gente en el local. Fanny nos dijo que era lo que queríamos para comer. Yo le pedí un bocadillo vegetal. Era lo que más me gustaba (y de los que menos engordaban). Ella fue y los pidió. A los pocos minutos estaba de nuevo en la mesa con lo que habíamos pedido.
Durante la comida, Fanny les estuvo contando a las demás lo que le había pasado con Edgar en el recreo.
- A mí me parece guapísimo, Edgar. De los más guapos del instituto. – dijo Jess.
- De eso nada, el más guapo es Ben, ¿a qué si Raquel? – había sido Karen.
- Si, claro que si. – dijo Raquel. Deducí que a las dos les hacia gracia Ben.
- Primero, el más guapo es Edgar, y es para mí, que os quede claro a todas. – dijo Fanny algo furiosa. No me atreví a hablar. No podía comentar que a mí también me gustaba Edgar.

No hablé durante toda la comida. Fanny y sus amigas no se podían enterar de que a mí me gustaba Edgar, porque o sino me dejarían de hablar. Además, había visto la reacción que Fanny había tenido cuando Jess había dicho que Edgar le parecía guapo. No quería arriesgarme. De hecho, Fanny parecía de las típicas chicas que si le llevabas la contraria te haría la vida imposible. A lo mejor no, y me estaba equivocando y era una buena chica, aunque no estaba segura de eso.

Cuando terminamos de comer, nos fuimos a unos bancos y estuvimos allí algo más de dos horas. Ya eran las cinco, y era hora de volver a casa. Tenía que hacer los deberes.
- Chicas, yo me voy ya a casa, ¿vale? Tengo cosas que hacer. Y a mi madre no le parece bien que salga entre semana.
- Bueno, haz lo que quieras. Pues mañana nos vemos entonces. – dijo Fanny un poco seria.
- De acuerdo. Hasta mañana, chicas.

Me fui directa a casa. Esperaba no encontrarme a nadie por la calle. No quería que nadie me viera con la mochila. Pensaba en lo todo lo que había ocurrido hoy: Edgar perdona a Fanny, Fanny y sus amigas roban en una tienda y me regalan algo de lo robado, cojo un cigarro y me lo meto en la mochila… ¡Ostras! ¡El cigarro! No me acordaba de él. Aún lo tenía en el bolsillo pequeño de la cartera. Esperaba que mi madre no le diera por mirar en mi mochila, porque si no me iba a caer una buena. Cogí la diadema blanca que aún llevaba en la cabeza y la guardé también dentro de la mochila.
Cuando entré en casa, encontré a Isaac en el comedor jugando a la consola, como siempre. Se pasaba horas jugando a esa cosa que yo no lo encontraba nada divertido.
- ¿Qué tal Isaac? – pregunté mientras dejaba la mochila en el suelo y me sentaba en el sofá.
- Pues nada, aquí, distrayéndome un rato. Por cierto, ha llamado Nanni después de comer para ver cómo estabas.
- ¿Y qué le has dicho? – dije mientras le cogía el mando de la consola y le ponía el juego en pausa.
- Le he dicho que te habías ido a comer con no se quién, porque no se con quien te habías ido. – me miraba directamente a los ojos.
- Mierda, Isaac. Mierda. La has cagado. – dije mientras andaba de un sitio para el otro.
- ¿Qué pasa? – me preguntó intrigado.
- Pues que le dije a Nanni que me iba al baño porque me había bajado…ya sabes. Pero es que había quedado allí con Fanny, y me dijo que nos fuéramos juntas a comer, y me salté las tres últimas clases. Y es que Nanni no sabía nada.
- Eso te pasa por mentir. Mejor que no te juntes con Fanny, no es buena gente hermanita. – me dijo mientras se recostaba en el sofá.
- Déjame hacer mi vida, ¿estás?
- Bueno, tú haz lo que quieras. – cogí mi mochila y salí del comedor. – Leire, ven aquí. – me llamó Isaac desde el comedor otra vez. Me dirigí hacia allí de nuevo.
- ¿Qué quieres ahora? No me des sermones de hermano mayor, ¿vale? Puedes ahorrártelos.
- Solo quería decirte que no le dije eso a Nanni. – dejé de nuevo la mochila en el suelo y me senté a su lado.
- ¿Y que le dijiste, entonces? – pregunté intrigada.
- Cuando me preguntó que como estabas, me quedé un poco extrañado. Pero sabiendo que te habías ido a comer fuera, y claramente con ella no era, supuse que le habías contado una trola impresionante. Y no quise que te descubriera, por lo que le dije que estabas acostada porque te encontrabas algo mal.
- Eres el mejor, Isaac. Te quiero. – me abalancé sobre él y empecé a darle besos por toda la cara.
- Lo sé, lo sé. Pero quítate ya de encima que quiero seguir jugando a la play. – me separó de un empujón.

Cogí de nuevo mi mochila y me subí a mi habitación. Me puse a escuchar música durante un rato. Después me puse hacer los deberes que me habían mandado esa misma mañana. No los hice muy bien porque no tenía ganas.

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Paréntesis

Cuando tenía el chat, una chica me dijo que le gustaría que pusiera algunas fotos para que la novela fuera más entretenida. Mi contestación fue que prefería no ponerlas, para que cada uno se imaginara el personaje y las situaciones. Otra persona me dijo que pusiera fotos del estilo de la cabecera del blog. Eso me pareció algo más interesante. Por eso he hecho esto. Espero que os guste porque lo he hecho con todo mi cariño para mis seguidores. Para los que día a día se pasan por mi blog para seguir mi novela. Mil gracias.

LEIRE.