lunes, 25 de mayo de 2009

M.I.É.R.C.O.L.E.S.

Otro día acababa de llegar a mi vida. Miércoles. Estábamos a la mitad de la semana lectiva. Eso me daba ánimos para seguir.
Me levanté. De pronto recordé lo que había ocurrido la noche anterior porque noté una serie de pinchazos en mi cabeza. “Ya sabía yo que me había pasado”. Me fui directa al baño a darme una ducha de agua fría. Lo necesitaba, y mi cabeza también porque parecía como si tuviera un bombo en mi cabeza tocando sin parar. Cuando salí de la ducha, me miré al espejo. Tenía muchas ojeras, y estaba muy blanca. Hoy me tocaría maquillarme algo más de lo normal, porque no podía aparecer en clase con semejante cara.
Cuando bajé a la cocina mis hermanos no estaban, y mi madre ya se había ido a trabajar, porque no vi sus llaves encima de la encimera de la cocina, como solía dejarlas. Me pareció raro que ni Isaac ni Carla estuvieran. Subí al cuarto de Carla y llamé a la puerta. Nadie me contestó. Abrí la puerta poco a poco. La luz estaba apagada. Ella estaba acostada en la cama. Cerré la puerta.
- ¿Qué pasa? – me di la vuelta. Era Isaac.
- Que Carla está acostada aún. Va a llegar tarde.
- Carla no creo que vaya hoy a clase. Ayer, cuando te fuiste a dormir, se bebió casi media botella de Vodka ella sola con la excusa de que estaba mal por culpa de Eric.
- Vaya. Y hoy no se puede levantar, ¿no? Menos mal que mamá se ha ido ya y no lo sabe.
- Si que lo sabe. – dijo mientras miraba al suelo. – Ayer llegó antes de lo que esperábamos, y nos pilló con las manos en la masa. Pero no nos dijo nada. Nos mandó a acostar y a Ben y Edgar los mandó a cada uno para su casa, porque llevaban también una buena cogorza.
- Si es que no sabéis beber. No os controláis. Yo cuando vi que ya me estaba pasando, me fui a dormir. Lo mismo teníais que haber echo vosotros.
- La verdad es que si. Nos hubiéramos ahorrado muchos problemas. Ayer mamá no nos dijo nada, porque Carla iba bastante mal, pero en la comida de hoy no nos escapamos. Algo nos va a decir.
- Seguro.

Fuimos cada uno a nuestra habitación a por las mochilas. Además, cogí mis gafas de sol para el recreo, porque aunque me hubiera pintado, se me notaban las ojeras y esos ojos de resaca que no se podían quitar con ningún maquillaje.
Ese día no nos fuimos en moto a clase, porque Isaac me dijo que no estaba como para conducir. Lo entendí. A penas habría dormido cuatro horas.

Al llegar al instituto, Isaac se dirigió a su clase y yo a la mía. En la puerta me estaban esperando Nanni y Auro. Entramos las tres en clase, y ya estaban allí todo el mundo sentado. Auro y Nanni se sentaron juntas y Fanny me llamó para que me sentara al lado de ella ya que estaba sola. Mis amigas pusieron cara de no comprender nada, pero yo apenas les hice caso. Además, para estar sentada sola, mejor estaba con Fanny. Así podía conocerla algo mejor.
- ¿Qué tal Leire? En el recreo te podrías venir con nosotras, ¿o no?
- No sé. Supongo que me iré con mis amigas, aunque luego podría pasarme por la cafetería para estar un rato con vosotras.
- Vale, me parece bien. Pero recuerda, ven sola, porque Auro no me cae muy bien. – se quedó mirándola mientras que le ponía cara de asco.
- ¿Y eso? ¿Por qué no te cae bien? Es muy buena chica. Además, cambiarías de opinión si la conocieras.
- Ya, pero prefiero no conocerla. Tiene pinta de ser igual que Carla, y no me apetece tener otra de esas chicas en mi vida, porque con una me sobra. – dijo Fanny mientras se tocaba las manos.

La clase comenzó. La profesora nos dijo que les diéramos las redacciones que nos había mandado para hoy. Me dijo que si podía recoger los trabajos. Me levanté y fui mesa por mesa para recogerlos. Cuando llegué a la mesa de Ben y Edgar, éste último me guiñó un ojo. Cuando me dio la redacción me dijo sin apenas alzar la voz “luego quiero hablar contigo”. Yo, simplemente, asentí con la cabeza y seguí recogiendo los trabajos. Se los entregué a la profesora y me senté en mi sitio.

Safe Creative #0905253718781