Fanny se dirigió hacia el banco en el que estábamos nosotras, pero no se acercó del todo. Me hizo un gesto con la mano para que me acercara.
- Chicas, me voy un momento a la cafetería que quiero comprarme una piruleta. – les dije a mis amigas.
- Vale, pues cómprame a mí un chupa-chups. – Nanni me dio el dinero.
Me fui hacia donde estaba Fanny, y juntas nos fuimos hacia la cafetería.
- Ya lo he arreglado con él, Leire. Fue todo un malentendido. Me ha pedido hasta perdón, y todo. Que guapo que es. – suspiró.
- Me alegro mucho, Fanny. – pero no era cierto. En verdad deseaba que siguieran enfadados.
- Voy a ver si se puede volver a fijar en mí, porque a mí me encanta. – ahora ya estaba del todo perdida. Fanny era muchísimo más guapa que yo, y además ella tenía una ventaja: ya conocía a Edgar y habían tenido algo juntos antes.
- Bueno, Fanny, luego hablamos que ahora voy a ir a comprarme algo a la cafetería.
- Vale, yo voy a ir al baño. Luego nos vemos Leire.
Me dirigí a la cafetería para comprarle a Nanni lo que me había encargado. Entré y allí estaban todos. Apenas me atreví a mirar hacia su mesa. Me puse en cola.
- ¿Qué te pensabas que te ibas a escapar de mí? – era Edgar. No hacía ni falta girarme, reconocía su voz y su colonia a distancia.
- No, pensaba que te habías olvidado tú de mí. – dije sin mirarle.
- Pues no. Y quería hablar contigo de dos cosas. La primera es que ayer te estuve llamando por la noche cuando llegué a mi casa pero me decía que el número al que llamaba no existía. ¿Me puedes explicar por qué? – dijo mientras me cogía del hombro y me daba la vuelta.
- Si, aunque creo que no te va a gustar. Pensé que seria gracioso darte un número falso. – dije agachando la cabeza. Me cogió de la barbilla con la mano y me la levantó.
- Pues a mí no me hizo ninguna gracia. – me miraba directamente a los ojos. No podía desviar la mirada.
- Lo siento, de verdad. Toma, apunta mi número y dame un toque ahora para que veas que es el mío. – sacó su móvil del bolsillo y me lo acercó. Lo cogí y apunté mi número. Se lo di y de inmediato me hizo un toque. Mi móvil, que lo acababa de sacar, empezó a vibrar.
- Ahora si. Gracias. – me sonrió. Se guardo de nuevo el móvil en el bolsillo del pantalón – Y esto que te voy a decir ahora no te lo tenía que decir, por lo mal que te has portado, pero como me caes bien te lo diré.
- ¿Qué quieres? – la cola había llegado a su fin y estaba enfrente de la chica que llevaba la cafetería.
- Espera Edgar, un momento. – me giré hacia la chica. – Quiero una piruleta y un chupa-chups, por favor.
- Y a mí me pones una coca-cola. – dijo Edgar desde detrás mío. La chica fue y nos dio lo que habíamos pedido. – Ya lo pago yo, Leire, no te preocupes. – entregó el dinero y nos apartamos de allí para que los demás pudieran pedir.
- ¿Y qué es lo que me querías decir? – le dije mientras abría la piruleta y me la metía en la boca.
- Que este fin de semana voy a celebrar en la casa que tienen mis abuelos en el campo una comida, en plan campestre y esas cosas. Era para que supieras que estás invitada, y que te espero allí. De hecho, tus hermanos también van. Y quiero que se lo digas también a Nanni y Auro. Cuanta más gente seamos, mejor.
- Vale, de acuerdo. Pues cuenta conmigo. – esperaba que mi madre me dejara ir. Además, si iban mis hermanos no se podía negar. – ¿Tenemos que llevar algo?
- No. Aunque bueno si quieres traerte alguna botella de algo con alcohol, será bien recibida. Lo demás ya lo pongo yo.
- Muy bien. - me quitó la piruleta de mi boca y se la metió en la suya. Le dio un par de vueltas y me la dio de nuevo. Me quedé alucinada.
- Pues te espero.
Se fue. Este chico cada vez me dejaba más descolocada. No sabía por donde iba a salir. Me metí la piruleta en la boca. Esa piruleta que hasta hacía unos instantes había estado en la suya.
miércoles, 27 de mayo de 2009
Me ha pillado.
Escrito y publicado por Leire a las 18:29:00 15 me acuerdo de tí
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