miércoles, 8 de julio de 2009

¿Trato o apuesta?

Al llegar al instituto, y como siempre, Carla fue la primera en escaparse de nuestro lado. Isaac y yo la miramos, y continuamos caminando hasta la entrada. Ahí nos separamos.
Mientras andaba por el pasillo, deseaba no encontrarme con Fanny ni con ninguna de sus amigas. No sabía lo que era capaz de hacer, y tampoco sabía como debía actuar. Al llegar a la puerta de la clase, mis amigas me esperaban fuera.
- ¿Por qué no nos contaste nada? – me dijo Auro mientras me daba un largo abrazo. Nanni se apuntó al abrazo colectivo.
- ¿Cómo os habéis enterado? – pregunté.
- Nos lo ha dicho Ben esta mañana. Pero no te preocupes, cariño, ahora estamos nosotras aquí para protegerte. – dijo Nanni.
- No hace falta, chicas, pero muchas gracias por todo.
- A mí desde un principio esa tal Fanny no me daba buena espina… - dijo Auro mientras entrábamos en clase.

A penas había gente. Nos sentamos en nuestros sitios, pero esta vez Nanni se sentó conmigo. No querían que Fanny se pudiera sentar a mi lado. Miré a mí alrededor. Ben se encontraba ya es su asiento, pero era algo extraño que Edgar no estuviera a su lado.
A los pocos minutos, Edgar apareció por la puerta, pero no iba solo. ¡Iba con Fanny! Estaban hablando de algo bastante gracioso, porque Edgar no paraba de reírse. Cuando pasaron por mi lado, Fanny se me quedó mirando, pero enseguida me giró la cara. Sabía que la entrada que había echo junto con Edgar me había molestado. “No te preocupes L, Fanny lo hace aposta” me susurró Nanni en el oído.
Las tres clases pasaron volando, como siempre. Deseaba salir al recreo. Era uno de los lugares en donde Fanny y sus amigas estaban lejos de mí y de mi gente. Nos sentamos en nuestro banco. No podía entender como Edgar podía reírse con Fanny de esa manera, sabiendo lo que había pasado conmigo el día anterior.
A mitad del recreo pude ver que desde la otra parte del patio, Fanny y sus amigas se acercaban hacia el banco en el que estábamos nosotras sentadas mientras se contorneaban dejando a cualquier chico con la boca abierta. Bajé la mirada. Deseaba con todas mis fuerzas que no me dijera nada, pero no fue suficiente.
- Hola Leire, ¿puedo hablar contigo a solas? – mientras decía esto, Fanny dirigió una de sus miradas hacia mis amigas.
- Claro que si. – toqué la mano a Nanni en señal de que iba a estar bien. Nos apartamos un poco del banco. - ¿Qué quieres, Fanny?
- Me he dado cuenta de cómo me mirabas cuando he entrado en clase con Edgar.
- ¿Y cómo te he mirado? Si se puede saber…
- Con celos. Esa mirada era de una chica celosa. – dijo mientras se reía.
- Tú sabes bien como son ese tipo de miradas, ¿no?
- No te pases, Leire. – dijo acercándose más a mi. – No he venido para eso. He venido para ofrecerte un trato.
- ¿Un trato? - ¿qué estaba tramando ahora?
- Bueno, más que un trato es una apuesta. – eso sonaba mucho peor.
- ¿De qué trata esa apuesta? – Fanny podía salir por cualquier lado.
- A las dos nos gusta Edgar, ¿no? Y mañana nos vamos a la casa de campo de sus abuelos, ¿no? Pues la primera que consiga que Edgar se fije en ella, gana la apuesta. La otra, la perdedora, lo dejará para siempre en paz. ¿Trato hecho? – me tendió la mano. No sabía que hacer: si no aceptaba el trato, era dejar el camino libre a Fanny, pero si la aceptaba, no estaba segura de ganarla. ¿Qué debía hacer?
- Trato hecho. – le di la mano.

Fanny se alejó con sus otras tres amigas con aires de triunfadora. Estaba convencida de que era ella la que iba a ganar la apuesta, pero no tenía otro remedio. Si no hubiera aceptado el trato, ella se habría pensado que tenía miedo de ella y de sus armas de mujer. Pero estaba muy, pero que muy equivocada.

Safe Creative #0907084102968