viernes, 11 de septiembre de 2009

Demasiados líos.

En ese momento no había nadie, y podría ver la tele o alguna película sin que nadie me molestara. Al encender la televisión, y no ver ningún programa que me interesara, miré entre las diversas películas que tenía cerca del DVD. De repente vi una que hacía tiempo que no veía. Era mi preferida, y siempre que estaba en momentos difíciles me gustaba verla. Cogí “Un paseo para recordar” y la puse en el DVD. Me fui a hacer palomitas a la cocina. Cuando me estaba acomodando para ver tranquilamente la película, vi como Carla bajaba las escaleras a penas sin hacer ruido.
- ¿Dónde vas? – le dije cuando estaba a punto de salir. Oí como maldecía, y vino al comedor.
- Voy a salir. – contestó.
- Eso ya lo sé, pero te he preguntado a dónde.
- ¿Qué más te da? – me giré y le di al play para que la película comenzara.
- Bueno, era por si venía Eric. ¿Qué le digo? ¿Qué estás en casa de Hugo? – sabía con certeza que iba a ir a casa de Hugo, porque minutos antes me lo había dicho Auro por el Messenger.
- Maldita enana. – dijo en voz baja, pero suficiente alta como para que yo lo oyera.
- Lo sé. Me entero de todo.
- ¡Que te den!

Salió del comedor y de casa algo enfadada. Si una chica va a casa del chico con el que tan solo se ha liado una vez, es porque de verdad le gusta. Lo que no entendía era por qué se iba con Eric de vez en cuando si le había empezado a gustar Hugo.
Empecé a ver la película. Cuando estaba a mitad, alguien llamó al timbre. Puse la película en pausa y salí a abrir algo cabreada. No me gustaba que la gente me interrumpiera cuando estaba viendo algo en la televisión. Pero cuando abrí la puerta, la cara me cambió. Vi el rostro de Dani, ese chico que desde el primer momento me había tratado tan bien.
- ¡Dani! – le di un abrazo.
- Hola Leire, ¿cómo estás? Espero que mejor porque el sábado llevabas una encima…
- Lo sé. No me hagas recordar cosas del sábado, anda. Pasa, pasa. No te quedes en la puerta. – se sentó en el sofá del comedor.
- ¿Viendo una película?
- Bueno…sí…intentando verla.
- Lo siento. – dijo agachando la cabeza.
- No te preocupes, que no pasa nada. Me la sé ya de memoria. Oye, ¿te apetece algo?
- No, solo he venido a ver a tu hermano.
- Si, espera, voy a llamarlo. O mejor, ves a su cuarto. Está en el ordenador.
- Seguro que está buscando webs de chicas sin ropa.
- No me extrañaría. – los dos nos empezamos a reír.

Dani subió al cuarto de mi hermano, y yo seguí viendo la película. Pero de pronto, alguien llamó de nuevo al timbre. Me levanté algo más mosqueada que la primera vez, y recé porque no fuera Edgar. Se pasa tardes enteras en casa con mi hermano y Ben. Isaac siempre tenía visitas, y estaba acostumbrada a ver chicos guapos vagueando por mi casa. Pero cuando abrí la puerta vi a Dafne.
- Hola Leire, ¿está tu hermana por ahí? – me preguntó.
- No, no está. No sé donde puede estar. – decidí no decir que estaba en casa de Hugo por si Carla quería mantenerlo en secreto.
- Vaya, pensé que al ser lunes no saldría por ahí. Pero ya veo que no pierde comba. Bueno, supongo que estará con Eric.
- Si, supongo. – “Que ingenua eres, Dafne” pensé.
- Bueno, pues muchas gracias. Ya hablaré con ella mañana en clase. Hasta luego.
- Adiós. – cerré de un portazo.

Por fin pude ver el final de la película tranquila. Quité todo, y subí a mi cuarto, pero antes de entrar en él me dieron unas ganas tremendas de ir al baño. Pasé por delante de la puerta de la habitación de Isaac y oí como él y Dani estaban hablando de algo que parecía muy interesante. Nunca solía hacer ese tipo de cosas, pero esta vez decidí ponerme cerca de la puerta para ver lo que tramaban.
- ¿Entonces bien? – oí como decía Isaac a Dani.
- ¿Bien? ¡Eso fue más que bien! Tío, no te puedes imaginar lo que es estar con ella. Está tremenda, y besa de miedo. – estaban hablando de una chica, eso estaba claro. Al parecer, Dani se había liado con alguien en la fiesta del sábado. Lo que faltaba ahora era enterarse de quien había sido la afortunada.
- Lo sé, lo sé. He de recordarte que yo también he estado liado con Dafne - ¡Increíble! Dani se había liado con Dafne en la fiesta del sábado. Ya era lo que me faltaba por oír.
- Bueno, ¿y qué me han dicho? ¿Qué tú te liaste con Auro?
- Si, tío. No sé que tiene esa chica, pero me vuelve loco, de verdad. – sin querer evitarlo me salió una sonrisita de mis labios. Mañana se lo contaría todo a Auro. – Ese pelo rubio cayéndole sobre su cara, y esos ojos azul claro que me hipnotizan…
- Uy, uy, uy… - oí que le decía Dani. – Creo que nuestro pequeño Isaac se está pillando por esa chica.
- Cállate, inútil. – oí como se enzarzaron en la típica pelea de chicos.

Cuando salí del baño, me topé con mi madre. Ya tenía mejor cara, pero prefería estar en cama todo lo que quedaba de día, ya que tenía miedo de que tuviera otra recaída. Lo comprendí. Le dije que no se preocupara de nada, que ya me encargaría yo de preparar la cena. Ella sonrió orgullosa de mí.

Las nueves menos cinco. Ya era hora de ir preparando la cena. Como no tenía muchas ganas de cocinar, busqué por la cocina comida precocinada, para no tener que guisar. Encontré una pizza preparada, que solo tenía que calentar. Sin pensármelo mucho más, la metí en el horno para que se fuera haciendo.
Mientras preparaba la mesa, bajaron Isaac y Dani de la habitación de mi hermano. Le invité a Dani a que se quedara a cenar, pero él vio conveniente irse. Yo lo entendí. Se despidió de los dos, y desapareció por la puerta. Poco después, mi hermana hizo acto de presencia en la cocina. Acababa de llegar de casa de Hugo. Isaac y yo la miramos, pero no mencionamos nada al respecto. Nos sentamos todos en la mesa. Ambos agradecieron que hubiera hecho yo la cena esa noche.
- Carla. – empecé diciéndole a ella. – Ha venido Dafne y me ha dicho que tenía que hablar contigo de algo, pero que como no estabas, que ya te lo dirá mañana.
- Gracias por decírmelo. Ahora después de cenar la llamaré haber que quiere. Por cierto… - tardó unos segundos en seguir la frase. - ¿No le habrás dicho que estaba en casa de Hugo, no?
- ¿Estabas en casa de Hugo? – preguntó mi hermano sorprendido.
- Joder, ¿qué no lo sabías? Mierda. Siempre la cago. – dijo Carla mientras le pegaba un bocado a su trozo de pizza.
- No, no lo sabía. Me parece a mí que demasiada confianza te estás tomando con Hugo. – Isaac cogió el último trozo de pizza que quedaba en el plato.
- ¿Confianzas? Ninguna. Desde hace varios años que somos amigos, pero ahora…
- No sigas. – rogué. – ¿Eric lo sabe?
- ¿Eric? No, no creo. Seguro que él también se lió con alguien en la fiesta.
- Puede ser. – contestó Isaac.
- Claro que puede ser, como que estoy segura de ello.
- Piensa mal y acertarás. – dije. Carla me miró, pero no dijo nada al respecto.

Recogimos la mesa y nos fuimos a acostar. Necesitaba descansar. Estaba demasiado preocupada con todo lo del lio de Edgar. Esperaba arreglarlo todo pronto.




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PD: Muchísimas gracias por todos esos comentarios que he recibido en la entrada anterior. Los he visto esta mañana, y enseguida se ha dibujado en mi cara una gran sonrisa. Muchas gracias a todos. Por cierto, seguiros pasando por el blog de mi amiga Jess.