martes, 7 de diciembre de 2010

Tú haz lo que quieras.

- ¿Sí?
- ¡Leire! Soy Cynthia. – En efecto, no había fallado.
- ¡Hola! Dime.
- Era para ver si querías que saliéramos a algún sitio. Estoy muy aburrida en mi casa. Y no quiero quedar con Ben. No quiero agobiarme desde el principio. ¿Nos vamos al centro comercial?
- ¡Vale! Se lo digo a Nanni y Auro, también ¿vale?
- De acuerdo. Yo voy a llamar a Dafne, para ver si no ha quedado con Eloy y se quiere venir también. Y si quieres, díselo a tu hermana, aunque desde que está saliendo con Hugo solo tiene ojos para él.
- Eso es verdad. – oí como al otro lado de la línea Cynthia reía. – De todas formas, ahora voy a su cuarto y se lo pregunto.
- ¿En el parque a las seis?
- Buena hora. De acuerdo. Allí te veo.
- Chao cariño. – oí como colgaba.

Yo también colgué y dejé el móvil encima de la mesita de noche. Todavía eran las cuatro de la tarde. Aún me daba tiempo a terminar los deberes.
Pero antes de seguir llamé en un momento a Nanni y Auro. Quedé con ellas en mi casa sobre las seis menos cuarto. No quería hacer esperar a Cynthia. Ya tuvo que esperar el último día que habíamos quedado.

Terminé los ejercicios que tenía para el lunes de la semana siguiente y fui a la habitación de Carla.

- ¿Te quieres venir con Auro, Nanni, Dafne, Cynthia y conmigo a dar una vuelta por ahí o a tomarnos algo?
- ¿Vais a ir todas?
- Sí, por ahora si.
- Vale, pues me voy con vosotras. Hoy no he quedado con Hugo así que puedo salir con vosotras.
- Además, yo creo que hace tiempo que no sales con tus amigas. Y deberías. Pienso que las estás dejando un poco de lado.
- De eso nada. Ya cada una tiene a su novio, y hacen sus propias vidas. Pero en el instituto nos seguimos juntando igual.
- Ya, eso ya lo sé. Bueno, solo era un consejo, nada más. Ahora ya, tú haz lo que quieras. - me di media vuelta, pero antes de irme me volví a girar - Por cierto, Nanni y Auro estarán aquí a las seis menos cuarto. Así que estate lista a esa hora.
- Vale.

Me fui a mi habitación de nuevo. Casi era la hora y quería recoger un poco la habitación. Tenía todo desperdigado. Si no lo arreglaba un poco, mi madre me echaría la bronca y con razón. Estaba hecha una pocilga.

Mi móvil empezó a sonar. Era la melodía de los mensajes. Corrí hacia él y abrí enseguida el sobrecito que parpadeaba en la pantalla. Era de Mark.

“¿Vas a ir hoy al Tomato? Yo sí, con mis amigos. Espero verte por allí, ya que por el instituto tengo la mala suerte de no verte”

Sonreí. No podía remediarlo. Cada vez que tenía noticias de Mark salía una sonrisa en mi boca, de forma no intencionada. Enseguida le contesté:

“He quedado con mis amigas, pero no tengo ni idea de donde vamos a ir. Si voy el Tomato…espero verte. Un beso”


Se lo envié. Suspiré. Era verdad lo que le había dicho. No tenía ni idea de donde íbamos a ir todas.
Miré el reloj. Ya eran casi las seis menos cuarto. Salí de mi habitación y bajé las escaleras casi corriendo. Mis amigas estaban a punto de llegar.

Ding, dong. Acababan de llamar al timbre.

- ¡Carla! – chillé. – Que Nanni y Auro… - abrí la puerta. Pero no eran Nanni y Auro, sino Edgar. – ya están aquí. – dije en voz baja terminando la frase que había empezado antes de abrir la puerta.
- Hola Leire. – me miró directamente a los ojos.
- Hola Edgar. – dije lentamente. No me podía creer que después de todo lo que había pasado estuviera hablando con él.
- ¿Cómo estás? – dijo sin desviar su mirada.
- Pues… - ¿qué contestó? – no me puedo quejar.
- Me alegro. – sonrió. ¡Qué falso! pensé. Si de verdad le importara mi estado no me hubiera hecho todo lo que me había hecho.
- Bueno… ¿y qué haces aquí? ¿qué es lo que quieres? – le pregunté poniéndome seria.
- He quedado con tu hermano. ¿Está aquí?
- Sí, estoy aquí. – dijo Isaac detrás de mí mientras me apartaba de la puerta y posaba su brazo alrededor de mis hombros. Sabía que ese gesto era para que yo me tranquilizara. Conocía a Isaac. - ¿Nos vamos?
- ¡Claro! – dijo Edgar mientras volvía a sonreír. ¿Y por qué tanta sonrisa? ¿Es que estaba contento? Pues yo no, para nada.
- Enana, esta noche te veo. – mi hermano me dio un beso en la mejilla.
- Adiós Isaac. – Edgar se giró para mirarme, pero yo le dirigí una sonrisa sarcástica y le cerré la puerta en las narices.

Suspiré. Qué situación más incómoda. No quería que volviera a pasar por nada en el mundo. No quería volverme a encontrar con él a solas, aunque tan solo fueran un par de minutos. No estaba preparada aún. Mi cabeza decía que tenía que ser fuerte y poder plantarle cara para que nadie más se volviera a reír de mí en la vida. Pero, en cambio, mi corazón decía otra cosa. Él era mucho más complicado. Sabía perfectamente que aún seguía sintiendo por Edgar y eso iba a tardar en cambiar.

Volvieron a llamar al timbre. Abrí. Esta vez sí que eran mis amigas. Ellas me sonrieron, pero la sonrisa era muy distinta a la que minutos antes Edgar me había dedicado. La sonrisa de ellas era sincera, simpática, amable y llena de amor y amistad.
- Un momento chicas, voy a llamar a Carla. – me giré en dirección a la escalera y llamé a Carla pegándole un chillido. Eso no era propio de mí, pero no me apetecía subir las escaleras para avisarla.
- Id yendo vosotras. Ahora a las seis voy yo que aún me tengo que arreglar el pelo. – oí como dijo Carla desde el cuarto de baño.
- Ya lo habéis oído. Así que... ¡andando!

Cerré la puerta de mi casa a mis espaldas y las tres nos dirigimos hacia el parque, que es donde había quedado con Cynthia.

Al llegar, Cynthia ya se encontraba allí. Siempre era muy puntual, y eso me gustaba. Odiaba a la gente tardona, como Carla. Pero cuando quería, si que estaba lista a tiempo. Con Cynthia estaba Dafne.

Cuando llegamos le dimos dos besos a cada una.

- ¿Al final Carla no viene? – me preguntó Dafne.
- Si, si que viene. Lo que pasa es que se le ha hecho tarde, y aún se estaba peinando.
- ¡Como siempre! Rara es la vez que Carla es puntual. La próxima vez le decimos que hemos quedado media hora antes, así seguro que llega a tiempo. – todas reímos.
- No creo que tarde mucho, la verdad. Estará al caer.
- Lo siento chicas, ya estoy aquí. – era Carla. Acaba de llegar. Estaba algo acelerada. Al parecer, había venido corriendo.
- Por cierto… ¿dónde vamos a ir? – preguntó Nanni.
- ¡Ah! – exclamó Cynthia. – Pues ni idea, donde queráis. A mí me da lo mismo. No soy delicada. – todas reímos.
- ¿Queréis que vayamos al centro comercial? – propuso Dafne. – Hace bastante tiempo que no voy allí, y me han dicho que han abierto una tienda de ropa que está muy chula, y tengo ganas de ir.
- Por mí bien, pero yo no tengo ni un duro así que, no me compraré nada. – dijo Auro. – Estoy ahorrando para la fiesta de mañana porque si no, no voy a poder salir.
- Vale, pues al centro comercial. – dije.



Safe Creative #1011157857620