lunes, 18 de mayo de 2009

Mentiras.

Cuando salí de clase, me despedí de mis amigas y casi sin decir nada más me fui hacia donde mi hermano había aparcado la moto. No lo había visto en toda la mañana. Pero allí estaba, junto con Ben. Miré alrededor, pero no veía a Edgar por ninguna parte.
- Hola chicos. – dije alegremente.
- Hola Leire, ¿cómo estás? Es que me ha dicho Edgar que ayer te encontrabas un poco mal – ¿por qué se lo había contado Edgar?
- Bien, gracias, ya estoy mejor. – Isaac me miró con cara extraña, pero no dijo nada. – Por cierto, ¿dónde habéis estado toda la mañana? Porque no os he visto por clase, y a ti, Isaac, no te he visto en el recreo.
- Es que Edgar se encontraba algo mal y se ha ido a casa, y nosotros nos hemos escaqueado y hemos estado en el bar de enfrente del instituto tomándonos unas cañas. – se sinceró Ben.
- ¿Toda la mañana? Vaya, si que perdéis vosotros el tiempo… - miré al suelo porque no me quería topar con la mirada que Isaac seguro que me estaba echando en ese momento.
- Bueno, Ben tío, nos vamos a casa a comer, ¿te veo esta tarde? – dijo Isaac.
- Si, esta tarde me paso por tu casa y echamos una play.
- Echo. Allí te espero.

Nos pusimos los cascos. Esperaba que aunque Isaac se hubiera tomado unas cervezas, estuviera en condiciones como para llevar la moto. No le noté nada extraño, por lo que me subí tranquila.

Mientras Isaac aparcaba la moto en el garaje, yo entré en casa. Saludé a mi madre que estaba en la cocina y subí al cuarto a dejar las cosas. Bajé a la cocina, donde ya estaban todos poniendo la mesa. Me eché un vaso de agua y me senté en la mesa.
- ¿Qué tal las clases hoy, hijos? – preguntó mi madre mirando a todos.
- Muy bien, mamá. A Isaac también se le han dado bien, ¿verdad? – le dije mirando a Isaac, y éste me contestó dándome un pisotón que hizo que pegara un blinco.
- Claro. – dijo sonriendo para que mi madre no percibiera nada extraño.
- ¿Y a ti Carla, cariño? – dijo mirándola.
- Muy bien, mamá. Un poco ya agobiada con el tema de la selectividad. Todos los profesores nos están agobiando ya para que no nos dejemos.
- Eso está muy bien. Este curso tienes que ponerte las pilas, ¿eh?
- Si, mamá, no te preocupes, que lo voy a sacar todo y con buena nota. – mi madre asintió satisfecha.
- Por cierto mamá, está tarde vendrá a casa Ben y a lo mejor Edgar a pasar la tarde aquí, ¿vale? – miré a Isaac desconcertada. Edgar no estaba dentro del plan.
- Muy bien Isaac.

Cuando terminé de comer me fui a mi cuarto. Me tenía que arreglar para la tarde. A las cinco y media había quedado con Fanny en el parque. En ese momento sonó el teléfono de casa. Como tenía un inalámbrico en mi habitación lo cogí yo:
- ¿Sí?
- ¿Leire? – una voz masculina que preguntaba por mí, eso si era raro.
- Si, soy yo. ¿Quién eres? – pregunté intrigada.
- Hola, soy Edgar. – no me lo podía creer. - ¿Está Isaac por ahí? – que preguntara por Isaac ya era más normal.
- Esta abajo, en el salón. Espera que le llamo.
- No, da igual, no te molestes. Era para decirle que esta tarde me apunto al plan que tenían pensado.
- Pues el plan que tenían pensado era que Ben se viniera aquí a casa para echar unas partidas a la videoconsola.
- De acuerdo, pues sobre las cinco estaré allí. Díselo, ¿vale?
- Claro, ahora mismo se lo digo.
- Hasta luego Leire. Luego te veo.

Colgó. Bajé al comedor a decírselo a Isaac. Edgar iba a estar en mi casa a las cinco, aunque yo me iba a ir poco después. Mejor. Así no tendría tiempo de estar con él. Lo prefería. Cuanto antes me olvidara de él, mejor.
Volví a subir a la habitación, pero no pude cambiarme de ropa porque el teléfono volvió a sonar.
- ¿Sí? – volví a decir.
- Hola Leire, soy Nanni. Oye, ¿te apetece venirte esta tarde a mi casa? Ya se lo he dicho a Auro y le parece bien. Así hacemos tarde de chicas: vemos una peli, comemos palomitas, hablamos de chicos…vamos, lo de siempre. ¿Te apuntas? - ¿y ahora que hago? Tenía que mentirle obligatoriamente. No quería, pero no había otra salida.
- Pues la verdad es que no me encuentro muy bien, Nanni. Me duele bastante la cabeza, y quería acostarme un rato.
- Bueno, pues acuéstate y luego te vienes, ¿o qué? – me lo estaba poniendo muy difícil.
- No, de verdad. No pasa nada, quedar vosotras, y ya me apuntaré yo a la siguiente, ¿si?
- De acuerdo. Mejórate y mañana nos vemos. Un beso L.
- Hasta mañana N.

Desde que nos conocimos nos gustaba llamarnos por la inicial de nuestro nombre, pero a la altura que íbamos creciendo, esa costumbre iba desapareciendo.
Por fin, pude cambiarme. Para esa tarde elegí unos pantalones pitillo, y una camiseta larga bastante resultona. Me pinté un poco. Quería estar guapa para las amigas de Fanny. Esperaba que les cayera bien también a ellas, pero no estaba del todo segura.

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Siento deciros esto...

Como bien dice el título de la entrada, siento deciros esto. He tenido que quitar el chat de mi blog porque la gente me estaba insultando por él: se hacían pasar por mí, insultaban a la gente que me apoyaba (Eva, no te preocupes, me has ayudado mucho y te lo agradezco. Un beso muy fuerte para tí. Eres la mejor y sigue así, que eres una magnífica persona)... Y eso ya no podía consentirlo, por lo que ha sido borrado de mi blog. Quiero decir a los blogs a los que sigo, que yo NUNCA les dejaré un comentario en nigun chat, ya que si comento sobre la entrada o el blog lo haré en un comentario en la respectiva entrada del día. Me siento obligada a abandonar por una temporada el blog. No sé cuando volveré, pero es que hoy en el chat ha habido unos serios problemas, ya que una serie de personas (aunque pienso que era la misma pero cambiando los nombres y utilizando nombres de blogs que no tenían nada que ver) me han acusado de que mi novela está copiada de otro blog, lo cual no es verdad. Porque el nombre del blog que han puesto el cual saco (según ellos) mis entradas, se ha buscado y no exite. Siento esta entrada. Lo que estoy escribiendo me está costando mucho, ya que durante estas últimas semanas he estado muy agusto contando mi novela y algunas de mis anécdotas. Os he cogido cariño en muy poco tiempo, y se me va a hacer muy duro dejar el blog estancado. Pedir perdón de nuevo a toda la gente que me sigue y que se va a sentir un poco decepcionada con la decisión que he tomado (que algunos pensarán que es de cobardes, mientras que otros pensarán que es la adecuada). Espero que sea la correcta, y no me haya equivocado. Y a toda la gente que mediante insultos y más insultos me han hundido, decirles que lo han conseguido. Han conseguido que mi blog pase a la historia, que mi novela deje de escribirse y publicarse aquí, y quitarle el sueño a una persona normal, el cual era que mucha gente disfrutara con mi forma de escribir y con mis personajes. Un beso para mis seguidores. Siempre con vosotros. LEIRE. PD: Deciros que seguiré visitando vuestros blogs y comentándoos como siempre he hecho, porque en eso no voy a dejaros.